viernes, 30 de mayo de 2008

Me dueles.
Mansamente, insoportablemente, me dueles.
Toma mi cabeza, córtame el cuello.
Nada queda de mí después de este amor.


Tu cuerpo está a mi lado
No es que muera de amor
No es nada de tu cuerpo

Me doy cuenta de que me faltas
He aquí que tú estás sola
He aquí que estamos reunidos
Igual que la noche
Ahora puedo hacer llover

ayer pasó el pasado con su historia
y su deshilachada incertidumbre
con su huella de espanto y de reproche
fue haciendo del dolor una costumbre

sembrando de fracasos tu memoria
y dejándote a solas con la noche


porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro
porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.



Me escondo tras las letras de los demás para esconder mi corazón coraza, porque me duelen los ojos, los dedos y los pies, por darme cuenta de repente de haber conocido a un extraño, porque tiraria al fuego todos y cada uno de los besos que le di, porque necesito salir de aquí y que el vacio no me arda, porque sigo sin encontrar el punto en el que perdi el norte, porque me da verguenza apostar todo por nada, por tener que arrepentirme de tantas cosas.

QUIENES SON ADIÓS


Cuando vi cómo te ibas
una insoportable, madura, cruel
mojada, lúgubre, misérrima,
ácida, honda, inerte tristeza
ocupó el lugar, ya vacío.

Dejé que te fueras
con mi culpable, pueril,
negra incertidumbre,
volviéndome a la árida
pobreza, refugio helado
que me nombra cementerio.

¿ Podré alguna vez olvidar
tu juventud, todos los rostros
que tu rostro eran,
el fresco y limpio ofrecimiento
que me hacías? Al hombre
le dan la vida y no lo sabe.
Y el arpa tiene música,
mas se calla; pero yo sí que supe
que te perdería. Y no hice nada.
Todos vivimos un exilio
de algo que tuvimos. Unos pocos
son, ellos mismos, el adiós.



Jose María Martín Triana

lunes, 12 de mayo de 2008

Amargo

Que se puede decir cuando esta todo dicho
que se puede hacer cuando una se mira por dentro
y no hay nada
que se puede sentir cuando lo has dado todo
que se puede mirar cuando te has arrancado los ojos
que absurdo todo
y que vacio tan amargo.