domingo, 30 de diciembre de 2007

Soplo dentro de una taza de café mientras miro por la ventana
las ventanas de mi barrio están llenas de luces de colores
parpadeantes
incansables...

El autobús llega tarde y hace frío
El hombre de mi vida no supo encontrar el camino a casa
Y ya ni Faith Hill me consuela

He aprendido a mentir demasiado deprisa
Ya casi no me tiembla la voz
Vuelvo a mirar por la ventana y todo sigue igual
Las mimas luces, las mismas calles, la misma gente
Tengo un alarido ahogado en la garganta
Pero todo va bien

4 comentarios:

Marga dijo...

Parece que me estuvieras describiendo en una tarde del pasado invierno, mientras esperaba a que el hombre que había elegido para pasar el resto de mi vida regresara. Menos mal que el tiempo va curando las heridas.
Un beso.

MSalieri dijo...

A quién se le ocurre pedir pizza en un día así! Es normal que al pobre pizzero le cueste llegar a tu casa con tanta luz, frío y descontrol. Ahora sí, yo también querría gritar. El hambre insatisfecha nos animaliza, sin duda.

Diego dijo...

Bueno, señorita, agradezco sus inmerecidas bonitas palabras y la animo a que me siga cotilleando lo justo como para que no lo considere un atentado contra mi intimidad.
Besos y feliz año nuevo!

Anónimo dijo...

FAITH HILL? EL FUMBOLISTA