miércoles, 30 de enero de 2008

La loca del bosque


Una habitante de un espectro abandonado. Árboles negros en el camino se inclinan amenazantes, gruñen y enseñan los dientes. Una mujer con el pelo enmarañado y las ropas sucias, recoge agua en el rio, frota los árboles negros y se lleva un zarpazo, coge de nuevo su cubo y lo llena en el rio.
Les limpia las raíces, hace hincapie en los rincones que forman la madera, enjuaga el trapo en el agua sucia, lo escurre y sigue con las ramas, una a una, con esmero y abnegación, el árbol se revuelve cuando le limpia tras las orejas.
Le limpia la nariz, estornuda y la tira al suelo de un ramalazo. Ella se levanta, le regaña y sigue con las ramas mas pequeñas, ve que ha nacido una hoja y le sonrie; el árbol se da cuenta y sin pensarlo se la come, la vida no es buena, lleva demasiado tiempo fingiendose muerto, sus compañeros se reirian de él si demuestra flaqueza.

Todavia recuerdan en el grupo la paliza que le dieron a uno que se atrevio a dejar anidar a un pájaro carpintero, lo desterraron del bosque por esquirol, se tuvo que ir del poblado de los árboles fúnebres, ellos eran la élite del bosque, nadie se atrevia a pasar por allí, tendrias que estar loco para acercarte a ellos, tenian sus normas y si querias formar parte del clan, tenias que acatarlas, ellos eran así.

Son las cuatro de la tarde cuando la loca del bosque, como la llamaban en el bosque, terminó de lavar al último árbol, se secó el sudor con la manga, tiró el agua del cubo y se fue despidiendo uno a uno de todos los arboles con un beso en la boca.

Ya anochecia cuando llegó a su casa, se preparó un café y se quedó dormida con los codos en la mesa, cuidar de un bosque tan grande es muy cansado y mas desde que se ha puesto de moda entre los jovenes y ahora todos los arbustos y los arboles recien plantados quieren ser arboles fúnebres, ella se preocupa pero piensa que son cosas de la edad.

Mandarinas y fuet

Un niño con su abuelo
comiendo mandarinas y fuet
no hablan, ni se miran
es la hora de la merienda
ya habra tiempo de saber
y de contar otras batallas
otros amores y otras cicatrices.

De repente cogen el mismo gajo
se miran y se ríen
han pasado dos horas y todavia
siento el sonido resonar
que me calienta el corazón.

El abuelo recoge las sobras
y busca una papelera
el nieto coge su mochila
y echa a correr tras él
le abraza, le coge de la mano
le canta una canción
y le pide que le cuente otra vez
como aquel día se paró el mundo
cuando vió a la abuela bajo un olivo
o cuando su padre llevó un perro a casa
o aquella vez que...

Se alejan de mi
y mis ojos se empañan
les veo marchar mientras les digo
adios con la mano.

Tan solo una sombra de lo que fuí
siempre a mitad de camino
entre lo que soy
y lo que nunca seré.

Una vez tendí la mano bajo la lluvia
pero no la rozó ni el viento.
Un escalofrío, un delirio
hojas y hojas de papel arrugado
frases mudas al borde de la cama.

Un jarrón con una flor azul
una bombilla fundida en el pasillo
retratos de gente que no conocí
luz de terciopelo.

Caricias en rincones
vasos con sobras de noches
noches perdidas y vacias
noches de otros tiempos.
Cientos de horas perdidas esperando
que suene un teléfono o un timbre
o una piedra en mi ventana.

Placeres ocultos detrás del sofá
aprender a sonreir
Levantar la cabeza y cubrirme de marfíl
maquillar las heridas
antes muescas de victoria.

Reir llorando y cantar riendo
conciliar el sueño sin pastillas
saber dar un paso atras
volver a empezar, cuando el espejo
no me saca los colores.

Una máscara, un desgarro
libros de hojas amarillas
con historias que otros soñaron una vez
Oir mentiras a medias o tres cuartos de verdades
Y por fin el mar, la luz, los grillos
Y por fin en casa
Me duermo con una sonrisa y cientos de luciernagas
en la cabeza.

2000

HE LLEGADO A LAS 2000

GRACIAS A TODOS LOS POSADEROS Y A SUS POSADERAS

domingo, 27 de enero de 2008




¿y qué le importa a nadie como esta mi alma?

Más triste que el silencio
y mas sola que la luna

¿Y que importa?
¿Ser poeta o ser basura?

Robe Iniesta.

sábado, 26 de enero de 2008

Según el DRAE la esperanza es el estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos.
Que absurdo es esperar algo que de antemano tenemos perdido, pero quizás sea ese pequeño rayo de luz que se cuela por la ventana el que me obliga a levantarme todas las mañanas y permanecer a tu lado, callada, sin moverme, esperando que algún día desvies la mirada y me veas.

La mejor terapia para el olvido no es el odio, decir odiar a alguien es otorgarle demasiada importancia y ademas tampoco quiero odiarle. No podria, ¿ cómo puedo odiar a alguien que me hace reir?, que absurdo todo, que descalabro, que desolación.

Deberia volver a las ecuaciones segmentarias y dejar de soñar y de meterme en lios y de mentir y de disimular y de esconderme. Nada va a cambiar por mucha esperanza que tenga. Estúpida esperanza.

Aunque quizás merezca la pena un úlitmo esfuerzo, total, ya lo he perdido todo.

La historia de la dulce Sara y sus grandes ojos mágicos II parte

La dulce Sara seguía buscando la verdad pese a todo, incluso pese a ella misma; en aquel lugar donde se comunicaban con seres de otros mundos habitaban una reina mala y un rey sumiso, la reina era grotesca, parecía como si en su pelo hubieran anidado cientos de gaviotas y su voz era tan aguda que al elevar la voz era capaz de ensordecer a sus súbditos, tenia el poder de dejar ciega a la gente cuando emulaba una sonrisa, la utilizaba como arma para atemorizar a los habitantes del reino y que éstos, pobres obreros no dejaran de trabajar. Sin embargo, el rey sumiso era pequeño, simpático y resultón, siempre sonreía cuando se cruzaba con alguien en las colinas que llevaban a su palacio. Una vez alguien me contó, que el rey sumiso amaba en secreto al hombre apuesto pero de modales rudos, le coge de las manos y le mira a los ojos, no se si será cierto, pero me lo contó un trovador urbano.
Un día la reina loca se despertó de mal humor y entro en la sala de audiencias totalmente enajenada gritando: “ que les corten la cabeza, que les corten la cabeza”, y fue así como en el pequeño reino hubo una masacre horrorosa de cual se salvaron solo los mas listos, los que supieron esconderse y no la miraron directamente a los ojos.

Un día apareció en el reino una mujer valerosa y entregada a la causa, dispuesta a dar muerte a la reina, traiga consigo un martillo mágico y un vocabulario soez, la reina ordeno que la detuvieran y se la llevaron, con las ropas rasgadas y sin su martillo mágico; nadie volvió a saber nada de ella aunque hay quien todavía la recuerda.

Después de todas las muertes provocadas por al reina, un día se levanto una niebla espesa que traía consigo mas muerte, la dulce Sara formo una capa de neutrones en torno al chico del nombre del líder de un imperio que ya cayó, a la mujer del corazón pequeño y las anchas caderas y los salvo, pero no puedo evitar que al hombre apuesto pero de modales rudos le encomendaran una misión y tuviera que marcharse, no por mucho tiempo, supongo, él siempre supo encontrar el camino de vuelta a casa, se despidió con un guiño de ojos, sin dramas, sin largas despedidas con la promesa de que la separación seria corta.

domingo, 13 de enero de 2008

Hasta Siempre

La primera vez que decidí desnudarme aquí, intentando ordenar palabras para que lo que dijera no sonara demasiado pedante o demasiado absurdo, lo hice con mucho miedo, supongo que porque nunca he sabido confiar en mi, así que para envalentonarme cogí de la mano a Ángel González y fueron son palabras lo primero que plasmé, de aquello hacen ya unos meses.
Su cuerpo ayer dejó de luchar pero no solo nos queda toda su obra, sino que gracias a Pedro Guerra también tenemos su voz.
No se me da muy bien aceptar la muerte, soy muy infantil para eso y no la entiendo, tampoco se me dan demasiado bien las despedidas, se me forma un estúpido nudo que me impide hablar.
Hace unos años Ángel González nos regaló esto y por si alguien no lo conocía lo dejo aqui colgado junto con un hasta siempre y un beso en la frente.

MUERTE EN EL OLVIDO


"Yo sé que existo
porque tu me imaginas.
Soy alto porque tu me crees
alto, y limpio porque tú me miras
con buenos ojos,
con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.
Pero si tú me olvidas quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
-oscuro, torpe, malo- el que la habita..."

sábado, 12 de enero de 2008

Un sol

Un sol,
amarillo, redondo y con rayitos
un sol
colgado en la nevera
un sol infantil
con nubes y pajaritos
Una casa con una ventana
y un jardín lleno de flores
Un camino hacia un lago con patos
con el pico naranja y las patas negras
Un sol con un beso en la esquina

lunes, 7 de enero de 2008

La triste y desventurada historia de una adolescente de 30 años II parte

7 días de 2008


Errores cometidos: 2


Parejas estables: 0


Delitos confesables: 1


Resacas: 3


Amores imposibles: 1 y caducado


Promesas incumplidas: 3


Compras inútiles: 2


Numero de veces que he dicho te quiero: 0


Lágrimas: 0


Mimos a mi gata: 300



Y todavia me quedan 358 días para elevar al infinito las estúpidas encuestas, excepto los te quieros que se me ahogan en la garganta y las lágrimas que hace mucho tiempo dejaron de fluir

jueves, 3 de enero de 2008

La triste y desventurada historia de una adolescente de 30 años I parte

Hoy me he despertado como todos los días, muchas horas antes de que salga el sol.

La vida se me ha cuadrado delante y con mirada inquisidora me ha dicho “ Pequeña, ya esta bien de vivir en una nube, he venido a llevarme los 20 gr. de inocencia, los 14 de ilusión y los 32 de esperanza que te quedaban, es hora de crecer, te he concedido demasiados años y los has desperdiciado, has dejado que se consumieran todos tus sueños y ni siquiera has sido capaz de cumplir ni uno solo de ellos, a partir de ahora debes agachar la cabeza y sufrir”

Yo lógicamente no sabia como tomarme aquello y sin darme cuenta he descubierto a una mujer en el espejo, una mujer que ya no era yo, mucho mas vieja y mucho mas cansada, con un par de arrugas en la frente y con alguna cana en el pelo.

Durante todo el día he estado perdida, jodida y casi desesperada, en un solo momento he perdido lo poco que me quedaba, es como si toda la cordura posible me hubiera caído de repente encima, que peso tan grande, hasta ayer sonreía, levantaba la cabeza, movía así los hombros y me quitaba cualquier estúpida preocupación de la cabeza, pero ahora todo ha cambiado, ya no tengo argumentos, ni siquiera consigo convencerme a mi misma.

En el vagón de los muertos todo seguía igual, el hombre de gafas con su interminable libro de Ken Follett, la niña guapísima y perfecta que siempre me quita mi sitio, todas las mañanas se sienta, apoya la cabeza en el cristal, cierra los ojos y sonríe, me encantaría saber quien es el dueño de esa paz; el chico de la bici, la señora maleducada que no se tapa la boca para toser y me habla a gritos, pensara que estoy sorda, todas las mañanas con esas cosas blancas metidas en los oídos, estúpida chica, pensara; las mismas caras, y los mismos 42 min. de siempre.

Y ya una vez allí, todo sigue igual, de repente una sonrisa cálida, una mirada cómplice, que seria de mi sin él, sin ellos, seguiría perdida. Ocho horas escuchando miserias y penas, ocho horas disimulando, ocho horas temblándome los muslos y los dedos de los pies, con el pelo de la nuca de punta y sin poder gritar, mintiendo, rehuyendo, implorando atención, suplicando que el viento cambie de dirección y me traiga su olor, ocho horas eternas, ocho horas sin ilusión, sin inocencia y sin esperanza.




Que importan un par de lágrimas más...